miércoles, 10 de junio de 2009

Control de la contaminación


El control de la polución por parte de los Gobiernos, Organismos Oficiales o Agencias de Medio Ambiente implica seguir las pautas adecuadas para una solución eficaz del problema, resumiéndose el posible protocolo de actuación en los pasos que a continuación se describen:
- Reconocimiento del problema. Aunque parece obvio, la mayoría de los problemas ambientales aceptados hoy como tales, generalmente desde fechas recientes, tienen un largo historial antes de que fuesen asumidos por la comunidad internacional. Como muestra un botón; el control en el nivel de emisiones de CO2, gas que contribuye al denominado efecto invernadero y por tanto al posible advenimiento de un cambio climático, no ha sido aun abiertamente asumido por la sociedad y las autoridades norteamericanas. La razón, que el coste económico de la operación va a implicar al contribuyente americano medio a razón de unos 100 dólares anuales. ¿Pretenderán acaso que se lo financiemos entre todos los demás?
- Monitorización y control para determinar la extensión del problema. Puede implicar el análisis de un producto de síntesis no encontrado en la naturaleza o por el contrario referido a una sustancia que se encuentra en el medio natural, lo que supone establecer los niveles propios según el área geográfica o la estación, con oscilaciones que pueden ser normales. El problema puede radicar en el hecho de establecer cuándo una sustancia es de origen natural o antropogénico, tal y como ocurre con las dioxinas que se ha descubierto además un origen natural para las mismas.
- Implantación de procedimientos de control. Las diversas y variadas posibilidades de acción incluyen desde mejoras tecnológicas como las orientadas al empleo de procedimientos para la desulfuración de los gases procedentes de las centrales térmicas, hasta aquéllas otras encaminadas a la promoción en el uso del transporte público frente al particular, como una forma de reducir las emisiones de los vehículos a motor.
- Monitorización para asegurar que el problema ha sido controlado. Permite mejorar la legislación establecida.
En cualquier caso, hemos de tener en cuenta una serie de características comunes, relativas a cualquier plan de muestreo y monitorización, definidas éstas por los siguientes aspectos: que se de alta calidad; defendible y debidamente documentado; representativo del entorno sometido al plan; que sea ante todo útil, que permita obtener conclusiones relevantes del problema estudiado.

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