jueves, 11 de junio de 2009

Contaminación acustica


http://www.ellitorial.com/
4 de enero del 2009




"CUANDO LAS CALLES GRITAN
Los sonidos que adquieren niveles intolerables para el oído se convierten en un factor de riesgo para la salud. La nueva cultura ruidosa es un factor disociador que preocupa a los habitantes de la ciudad.
Cada fin de semana, los teléfonos de esta Redacción se saturan de llamados de vecinos que, cansados de no poder dormir por causa de los ruidos provenientes de boliches bailables o de las picadas de autos y motos, buscan ayuda en los medios ante la falta de respuestas desde los ámbitos oficiales.
Se calcula que un 70% de los habitantes de ciudades sufren niveles de ruido superiores a los 65 decibeles, el umbral a partir del cual los científicos y expertos sanitarios consideran inaceptable el ruido.
El ruido generado por la actividad humana es el contaminante más frecuente de nuestro entorno, y de tan familiar que resulta, es el que menos atención suscita. Se percibe una notoria falta de sensibilidad ante este problema, no sólo en las autoridades -que no adoptan medidas eficaces para combatirlo- sino en la propia sociedad, que protesta ante problemas ecológicos de menor envergadura y guarda un inexplicable silencio ante la agresión que supone el ruido.
Tan sólo cuando afecta de forma escandalosa y salta a los medios de comunicación, recordamos que el ruido existe y que molesta a la quienes lo padecen.
En la industria se cuentan por miles los profesionales que han perdido la audición por culpa de ruido en las empresas, pero el ruido ha traspasado los límites de las fábricas para invadir calles, domicilios, espectáculos públicos, etc.
El ruido no sólo produce daño en el oído y pérdida de la audición: sus efectos a corto, medio y largo plazo van más allá y afectan prácticamente a todo el organismo.


El sonido de intensidad variable
El sonido es una vibración del medio, una onda mecánica que se genera y propaga a través del aire, de los líquidos y de los sólidos. Del mismo modo que al lanzar una piedra a un estanque se dibujan a su alrededor ondas que se desplazan hasta llegar al borde, las ondas sonoras viajan a través del aire hasta el oído. Aquí son recogidas por el pabellón auricular y conducto auditivo externo.
La intensidad de las ondas sonoras se mide en decibeles. Para aproximarnos al valor de un determinado número de decibeles, sirvan como ejemplo la voz hablada, que emite alrededor de 50 decibeles, una procesadora de alimentos que alcanza 70 decibeles y una moto con escape libre que puede producir 110 decibeles.
No hay una definición exacta para el ruido, pero se admite que se trata de un sonido que provoca una sensación desagradable en quien lo escucha. Evidentemente, esta definición se encuentra muy ligada a la subjetividad, ya que un nivel de 100-110 decibeles en una discoteca resulta aceptable y hasta agradable para quien se encuentra allí divirtiéndose y, en cambio, 40 decibeles pueden parecer para esa misma persona insoportables si intenta dormir.


Diferentes formas de sordera
Las creencias más extendidas afirman que con el paso de los años se pierde audición, lo que se denomina presbiacusia o sordera de la vejez. Pero la realidad es que numerosos estudios han constatado que las personas no sometidas a ruidos excesivos a lo largo de su vida, presentan en la vejez una pérdida auditiva despreciable y que la presbiacusia es un fenómeno más unido al ruido ambiental que al envejecimiento.
Los niños y jóvenes de hoy día soportan desde la infancia niveles de ruido que sobrepasan muchas veces los considerados, un tanto artificiales y de consenso, nocivos para la salud.
Cuando se superan los 80 decibeles y la exposición se prolonga en el tiempo, el oído se va dañando de forma casi imperceptible y quien sufre ese ruido se vuelve "duro de oído", para terminar padeciendo una sordera cada vez más acusada a las frecuencias agudas y a las frecuencias conversacionales.
Se trata de un proceso que conduce irreversiblemente a la pérdida de la audición, ya que no existe tratamiento. Estas personas precisan que se les hable más alto cada vez, no oyen el timbre de casa o el teléfono, suben el volumen del televisor y de la radio con la consiguiente molestia para los demás. También escuchan zumbidos en los oídos -denominados acúfenos-, que pueden ser molestos e incluso alterar el sueño de quien los padece.


Los jóvenes, grupo de riesgo
Los primeros síntomas de fatiga auditiva se detectan precozmente mediante una audiometría que evalúa la capacidad auditiva. Este examen permite reconocer las primeras manifestaciones de sordera y adoptar las medidas pertinentes.
En la actualidad, se observan en jóvenes alteraciones audiométricas típicas del trauma sonoro, debido a que cada vez hay mayor exposición a niveles absolutamente perjudiciales. Se han medido más de 100 decibeles en confiterías bailables, bares o cines, sin olvidar el uso extendido del walkman, cuyos altavoces se introducen en el oído, cerca del tímpano y se utilizan a menudo con un nivel sonoro muy elevado.
Tampoco dentro del hogar hay excesivo silencio: televisor, radio, equipos musicales y otros electrodomésticos provocan niveles que superan los 60-70 decibeles cuando varios de ellos funcionan simultáneamente.


Sancionados por la ley
Las leyes permiten denunciar a quienes causan ruidos excesivos. Tanto la vía judicial civil como la vía administrativa e incluso la penal son válidas para encauzar los reclamos.
Ya nadie pone en duda que el exceso de ruido es un problema. Las quejas generadas por las actividades de ocio, nocturno y diurno, por obras, por la proximidad de carreteras, aeropuertos o fábricas ruidosas, son continuas por parte de los vecinos que ven cómo la intimidad de sus hogares se ve invadida por un sinfín de molestos sonidos a alto volumen que perturban su calidad de vida.
Hoy los expertos consideran la contaminación acústica como una de las más molestas y de las que mayor incidencia tiene sobre el bienestar humano.
La primera declaración internacional que contempló las consecuencias del ruido se remonta a 1972, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió catalogarlo genéricamente como un tipo más de contaminación. Siete años después, la Conferencia de Estocolmo clasificaba al ruido como un contaminante específico.
El sueño, la atención y la percepción del lenguaje hablado son las actividades más perjudicadas. El sueño se altera a partir de 45 dB (equivale al fondo sonoro de una calle residencial sin tráfico rodado, en horario diurno). Y quien sufre alteraciones del sueño puede padecer efectos como la sensación de cansancio, el bajo rendimiento académico o profesional o los cambios de humor. De ahí, la conveniencia de que durante las horas de descanso nocturno disfrutemos de ese silencio que evita las interrupciones del sueño.


¿Se puede controlar el ruido?
Los métodos para contrarrestar los sonidos excesivos se clasifican en activos y pasivos (los más desarrollados) y actúan sobre la fuente que los produce. Es conocida la eficacia de métodos pasivos como los absorbentes superficiales (pantallas acústicas), silenciadores reactivos, materiales porosos, soportes antivibratorios o resonadores.
Estas técnicas responden a un planteamiento defensivo, lo que limita su efectividad última y un ejemplo de ello lo encontramos en la arquitectura (sólo se insonorizan teatros, cines y auditorios) y en la planificación urbana. Esta última abarca aspectos tan determinantes como el tipo de construcción del pavimento, cuya calidad incide en los niveles de ruido producido por el rozamiento de los vehículos, que pueden ser incluso superiores a los ruidos del motor del coche.
Una primera acción para mejorar esta incorrecta planificación sería la de elaborar un mapa acústico (medida y análisis de los niveles sonoros de diversos puntos de la ciudad), centrándose en el tránsito pero sin olvidar otros emisores de ruido como los locales nocturnos. A partir del estudio, se podrían adoptar medidas defensivas -el control del ruido en las motos, sin ir más lejos-, y preventivas, contempladas a medio o largo plazo en función de la planificación urbanística de la ciudad.


Cuando Morfeo nos rehúye...
Casi un tercio de la población padece problemas de alteración del sueño, pero sólo un 10% de los afectados está correctamente diagnosticado y tratado. Y entre los trastornos del sueño, destaca la alta incidencia del insomnio por ruidos molestos.
No dormir el número de horas suficiente, despertar a media noche y no poder conciliar el sueño o levantarnos con la sensación de no haber descansado son situaciones en las que todos nos hemos visto en alguna ocasión, con las consecuencias que acarrean: irritabilidad, problemas de concentración, dificultad para acometer tareas laborales o para conducir, cansancio diurno...
El sueño es uno de los indicadores clave de nuestra calidad de vida y los trastornos derivados de su falta constituyen, por su frecuencia y su repercusión en el bienestar general y psicológico, un grave problema sanitario de las sociedades modernas. Necesitamos descansar, dormir, más que otra cosa: sin dormir aguantaríamos muy poco, nos convertiríamos en psicóticos. Además, el descanso que obtenemos del sueño debe ser reparador, tanto a nivel físico como mental.


Qué es el sueño
Contrariamente a lo que se piensa, durante el sueño no se apagan las funciones del organismo ni entra el cerebro un estado de reposo absoluto. Dormir es una compleja actividad cerebral de carácter cíclico, que refleja los ritmos circadianos (la sucesión de vigilia y sueño) a los que está sometido el organismo humano. Una vez iniciado el sueño, no es homogéneo durante el tiempo que dormimos.
La poligrafía (que registra simultáneamente la actividad cerebral, el ritmo cardíaco y respiratorio, los movimientos del tórax y del abdomen, la actividad ocular y la tensión arterial) permite estudiar cómo se comporta nuestro cuerpo mientras duerme. Se sabe hoy que cuando se inicia el sueño, cambia la actividad cerebral y los registros de la actividad ocular permiten reconocer dos tipos de sueño: el que se acompaña de movimientos oculares rápidos (sueño MOR) y el que no presenta esos movimientos (sueño NMOR). Ambos se alternan durante la noche y estos cambios varían también con la edad, siendo distintos en los diferentes períodos de la vida.
Se considera normal una media de ocho horas de sueño, aunque algunas personas requieren más horas y otras menos. Sin embargo, las estadísticas indican que la media real en los países desarrollados, apenas supera las siete horas. Con la edad disminuye la necesidad de dormir, mientras que niños y adolescentes son quienes más horas de sueño precisan.
Desde los años 70 se han efectuado estudios epidemiológicos que concluyen que un 25%-30% de la población sufre algún trastorno del sueño cuyo exponente más frecuente es el insomnio, la reducción total del sueño, bien por dificultad para conciliarlo o mantenerlo, bien por un despertar precoz por alguna señal de alarma o ruidos molestos. También se sabe que conforme aumenta la edad lo hacen también los trastornos del sueño, pero el insomnio no es exclusivo de los adultos ya que también los niños lo pueden padecer. Otra constatación estadística es que los trastornos del sueño son más frecuentes en la mujer y que el uso de psicofármacos para tratar estos trastornos aumenta con la edad, en especial entre las mujeres."

miércoles, 10 de junio de 2009

Control de la contaminación


El control de la polución por parte de los Gobiernos, Organismos Oficiales o Agencias de Medio Ambiente implica seguir las pautas adecuadas para una solución eficaz del problema, resumiéndose el posible protocolo de actuación en los pasos que a continuación se describen:
- Reconocimiento del problema. Aunque parece obvio, la mayoría de los problemas ambientales aceptados hoy como tales, generalmente desde fechas recientes, tienen un largo historial antes de que fuesen asumidos por la comunidad internacional. Como muestra un botón; el control en el nivel de emisiones de CO2, gas que contribuye al denominado efecto invernadero y por tanto al posible advenimiento de un cambio climático, no ha sido aun abiertamente asumido por la sociedad y las autoridades norteamericanas. La razón, que el coste económico de la operación va a implicar al contribuyente americano medio a razón de unos 100 dólares anuales. ¿Pretenderán acaso que se lo financiemos entre todos los demás?
- Monitorización y control para determinar la extensión del problema. Puede implicar el análisis de un producto de síntesis no encontrado en la naturaleza o por el contrario referido a una sustancia que se encuentra en el medio natural, lo que supone establecer los niveles propios según el área geográfica o la estación, con oscilaciones que pueden ser normales. El problema puede radicar en el hecho de establecer cuándo una sustancia es de origen natural o antropogénico, tal y como ocurre con las dioxinas que se ha descubierto además un origen natural para las mismas.
- Implantación de procedimientos de control. Las diversas y variadas posibilidades de acción incluyen desde mejoras tecnológicas como las orientadas al empleo de procedimientos para la desulfuración de los gases procedentes de las centrales térmicas, hasta aquéllas otras encaminadas a la promoción en el uso del transporte público frente al particular, como una forma de reducir las emisiones de los vehículos a motor.
- Monitorización para asegurar que el problema ha sido controlado. Permite mejorar la legislación establecida.
En cualquier caso, hemos de tener en cuenta una serie de características comunes, relativas a cualquier plan de muestreo y monitorización, definidas éstas por los siguientes aspectos: que se de alta calidad; defendible y debidamente documentado; representativo del entorno sometido al plan; que sea ante todo útil, que permita obtener conclusiones relevantes del problema estudiado.

Cómo prevenir la contaminación

Cada vez más, se hace necesario que el tratamiento de la contaminación industrial se plantee desde el inicio del proceso productivo, tratando de incorporar el residuo generado a dicho proceso, al objeto de conseguir una máxima rentabilidad con un mínimo impacto, en contra de otras visiones más economicistas que postergan el tratamiento del residuo como algo secundario y después de haber completado el ciclo de producción.
- En primer lugar, reducir la cantidad de materia prima utilizada para la obtención de una misma cantidad de producto o servicio, con lo cual se generarán también menos residuos. Ello se consigue mediante la introducción de mejoras técnicas en el proceso de producción, así como mediante la implementación de nuevos procesos industriales. Un buen ejemplo de esta segunda situación se ha observado con la introducción de los nuevos envases Pet para la comercialización de agua embotellada, más ligeros y resistentes, lo que se traduce en la utilización de una menor cantidad de materia prima, reduciéndose así la cantidad de residuo generado.
- En segundo lugar, reutilizar las materias primas de modo que éstas cumplan su función el máximo de veces posible por unidad de producto o servicio realizado. Así ocurre con la conversión de los excedentes energéticos de numerosas industrias en energía eléctrica (cogeneración), para ser suministrada finalmente a la red, o con la reutilización para usos agrícolas del agua procedente de las estaciones depuradoras de aguas residuales.
- En tercer lugar, se trataría de reciclar los residuos o subproductos de ciertos procesos, utilizándolos como materias primas de otros, lo cual redundaría en el ahorro de recursos y la disminución de residuos. Un caso paradigmático, aunque criticado desde ciertos ámbitos, es el que se propone más adecuado para el tratamiento de los Residuos Sólidos Urbanos, consistente en el compostaje de la materia orgánica por fermentación aerobia e incineración posterior de los residuos sobrantes. Con ello se consigue un triple objetivo: aprovechamiento del residuo una vez transformado en compost, aporte energético extra mediante la incineración de materiales no aptos para el compostaje (con lo que se consigue la valorización de un residuo difícilmente aprovechable) y reducción del volumen de residuos para su posterior eliminación en un vertedero controlado. ¡Cuidado con el tratamiento de la incineración, pues si no se garantiza que se lleve a cabo a la temperatura adecuada pueden generarse dioxinas, altamente contaminantes y especialmente peligrosas.
Por último, insistir en la necesidad de que en el cálculo de costes de los procesos de producción se contemplen partidas económicas relativas a los daños ambientales. Igualmente considerar la iniciativa pública en un sector en el que los recursos para I+D en tecnologías limpias vaya en aumento, ya sea mediante el desarrollo de estrategias que permitan desgravar impuestos a las empresas que utilicen tecnologías no contaminantes o a través de la creación de empresas y servicios que cumplan los requisitos anteriormente expuestos, allí donde no pueda concurrir la iniciativa privada. En fin se trataría de implementar medidas tendentes a que los procesos de producción sean cada vez más limpios y seguros para el medio ambiente.
Por lo que respecta al consumidor, ya que éste es el que va a recibir el producto o servicio, se exige un mejor conocimiento de la problemática ambiental. Ello supone un apoyo más directo de las diferentes Administraciones Públicas a la implantación de programas de Educación Ambiental en colegios y centros de enseñanza, así como a través de organizaciones y asociaciones sin ánimo de lucro. En fin, se trataría de que el ciudadano sea cada vez más consciente de las implicaciones ambientales que conlleva la utilización de ciertos hábitos de consumo, con el objetivo de que pueda adoptar libremente las medidas necesarias para minimizar el problema de la contaminación por los residuos generados.



Enfermedades causadas por la contaminación


Ya no es un secreto que la contaminación ambiental es causante de muchas enfermedades en los seres humanos, las cuales están relacionadas principalmente con los ojos y del aparato respiratorio, entre ellas la bronquitis, el asma, el enfisema pulmonar, y los resfriados frecuentes que ocasionan el mayor número de ausencias en trabajos y escuelas. Junto a estos males, hay que considerar que recientes investigaciones han descubierto que en los ambientes contaminados con hidrocarburos, y en el carbón negro que se usa para la fabricación de neumáticos, existen sustancias cancerígenas.
Ya ha sido demostrado que el cáncer pulmonar afecta a los fumadores, aunque también se ha comprobado que las personas que no fuman, y que están expuestas al humo del cigarro, tienen una gran posibilidad de contraer cáncer.
En los últimos años han surgido nuevas enfermedades virales a causa de la contaminación ambiental y diversas afecciones de la piel, entre las que también figura el cáncer.
Corazones contaminados
Tras este panorama nada alentador, nuevos estudios relacionan la exposición a la contaminación ambiental con enfermedades cardiovasculares como la trombosis venosa y la arterioesclerosis. Un estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de Harvard (EEUU) comparó los análisis de 870 pacientes diagnosticados de trombosis venosa profunda con más de mil pacientes sanos.
Los resultados mostraron que las personas que habían padecido una trombosis venosa, en general, fueron sometidas a una mayor exposición a la contaminación atmosférica que los controles sanos, evidenciando que por cada aumento en la exposición durante el año anterior de 10 microgramos por metro cúbico de partículas, el riesgo de trombosis aumentaba en un 70%. Así mismo, se demostró que la coagulación sanguínea de los pacientes expuestos a mayores niveles de contaminación era más corta, lo que constituye un factor determinante para la formación de trombos. En otras palabras, mayores niveles de contaminación significan más personas que padecen males cardíacos.
Podría ser una perfecta conclusión, pero hay más. Esta vez, se trata de los factores que influyen en la arterioesclerosis, a los ya conocidos como el tabaco, la dieta inapropiada o la falta de ejercicio, hay que añadir a la contaminación ambiental. Pues si, nuevos estudios epidemiológicos han confirmado que en los días de mayor nivel de contaminación hay más personas que sufren afecciones cardíacas, lo que formula otro planteamiento ¿La exposición diaria a la contaminación debería considerarse un nuevo factor de riesgo cardiovascular?
Ya ha sido demostrado estadísticamente que existe una relación entre el nivel de contaminación atmosférica y la incidencia de cardiopatía isquémica (anginas e infartos de miocardio), arritmias e insuficiencia cardiaca. Cada uno de los estudios efectuados demostró el papel de las partículas contaminantes en la génesis de las lesiones arterioscleróticas. Incluso, una prueba llevada a cabo con 4.500 individuos residentes en tres ciudades del área industrializada de la región del Ruhr, en Alemania, reveló que el grado de calcificación arterial estaba directamente relacionado con la distancia entre la vivienda y el tráfico pesado. En comparación con los individuos que vivían más alejados, la calcificación fue un 63% más alta para los que vivían a menos de 50 metros.
Lamentablemente, pese a los resultados en las pruebas realizadas en animales, todavía no puede afirmarse que en humanos ocurra lo mismo.
Un nuevo riesgo
La trombosis venosa es la presencia de un coágulo sanguíneo en una vena, y la respuesta inflamatoria que le acompaña. Puede producirse tanto en el sistema venoso superficial, como en el profundo, produciéndose la mayoría de ellas en las venas de las extremidades inferiores, y principalmente, en las situadas por debajo de la rodilla.
Estos tres efectos, mencionados anteriormente, son la consecuencia directa de lo perjudicial que puede ser la contaminación sobre los seres humanos. Este estudio arrojó datos preocupantes, que señalan que cerca de las 40 mil muertes que se producen cada año en Austria, Francia y Suecia, se atribuyen a las partículas que contaminan.
Un dato a tener en cuenta, es que una de las sustancias contaminantes más dañinas, es el humo que respiran los fumadores pasivos. Varios estudios muestran que el humo de los cigarrillos es el mayor culpable de la contaminación del aire en los espacios cerrados. Motivo por el cual, se ha considerado que prohibir el tabaco en los lugares de trabajo, restaurantes y bares debería ser una prioridad en todas las comunidades. Pero eso no es todo, las muestras revelan que las personas que viven cerca de una carretera tienen más probabilidades de morir por una causa cardiovascular que quienes habitan en otro lugar y no respiran a diario las sustancias que desprenden los vehículos.
Un camino cada vez más corto
Si bien vemos que la contaminación está directamente relacionada con el aumento de las urgencias cardiovasculares en las ciudades, es necesario tener en cuenta que también influyen en el porcentaje de las muertes de sus habitantes. Según un trabajo elaborado por la Escuela Valenciana de Estudios para la Salud, se ha demostrado en España la relación entre los niveles de contaminación atmosférica y las urgencias cardiacas. Un estudio similar, atribuye a la contaminación hasta el 6% de los fallecimientos en Austria, Francia y Suiza.
Lo alarmante de estos estudios, es que no es necesario vivir en Cracovia o Atenas (dos de las ciudades europeas que padecen una peor salud medioambiental) para sufrir los efectos de la polución. En lugares con niveles de contaminación medios, entre los se encuentran las principales ciudades españolas, el humo del tráfico y el industrial, interviene de forma notable en patologías cardiovasculares, hasta el punto en que se han convertido en uno de los factores principales que influyen en acortar la vida de los ciudadanos. Como para salir corriendo.

El hombre, parece feliz, contaminando su medio ambiente


Pablo Ramírez Torrejón

"Las actividades que realizan los seres humanos, como industrias, minería e incluso la vida diaria, producen grandes cantidades de residuos o desechos; sólo la basura que se recoge de las viviendas representa miles de toneladas diarias. En la actualidad, muchos de los desechos se reciclan o se tratan para ser aprovechados nuevamente, pero gran cantidad de ellos deben acumularse en algún lugar. Muchos de los desechos se vierten en ríos, lagos o directamente al mar, contaminando las aguas y a los seres vivos que en ellas habitan. Las principales fuentes de contaminación del océano son los desechos de las industrias, algunos productos empleados en las actividades agrícolas, los relaves de la minería, los derrames de petróleo, las aguas servidas provenientes de las zonas urbanas, las actividades pesqueras e incluso la acuicultura intensiva, ya que agrega productos o desechos orgánicos que alteran la composición del agua. Todos los contaminantes dañan a la flora y la fauna marinas, producen muerte en las aves, o bien, reducen el contenido de oxígeno del agua y perjudican la actividad pesquera. Los desechos se depositan en la zona cercana a la costa o sobre la plataforma continental, que es precisamente la zona de mayor riqueza en cuanto a seres vivos marinos. Hoy estamos viendo un Nuevo desastre ecológico: derrame de petróleo en costa antofagastina. La embarcación que originó la seria emergencia ambiental por motivos que hasta ahora se desconocen debió ser remolcada mar afuera, frente a la bahía de Antofagasta, y rodeada de material aislante, luego de generar una oscura mancha viscosa que dio paso a olas negras y un fuerte y pestilente olor a combustible. Un grave desastre ecológico se produjo la madrugada de este lunes frente al sector costero de Las Petroleras ubicada al extremo centro norte de Antofagasta, cuando la nave Eider de bandera de Hong Kong y tripulación filipina encalló, generando el derrame de una cantidad aún indeterminada de petróleo que cubre a esta hora cerca de un kilómetro de extensión. La embarcación que originó la seria emergencia ambiental por motivos que hasta ahora se desconocen debió ser remolcada mar afuera, frente a la bahía de Antofagasta, y rodeada de material aislante, luego de generar una oscura mancha viscosa que dio paso a olas negras y un fuerte y pestilente olor a combustible con la consecuente mortandad de fauna y flora marina ligada a la zona y molestias para la salud de la población. El doctor en Biología de la Universidad North Texas y de la Universidad de Antofagasta, Carlos Guerra, que se constituyó desde temprano en el sector junto a diversos integrantes del grupo de rescate de fauna silvestre para intentar socorrer a las especies afectadas. El experto aseguró a Radio Digital, que esta situación genera un nuevo grave daño a la zona intermareal de este sector costero de Antofagasta, que ya presentaba problemas anteriores producto de las filtraciones provenientes de las empresas petroleras del sector. Asimismo, las autoridades de salud debieron hacer uso de tres ambulancias para atender a pobladores del sector barrio norte, quienes en su mayoría se vieron afectados por fuertes nauseas y dolores de cabeza luego de la presencia de gases asociados al combustible presente en ese sector costero. Por su parte, estudiantes universitarios acudieron a la zona de la caleta de pescadores, también amagada por la mancha de hidrocarburo, para intentar poner a salvo a las tortugas marinas que allí tienen su hábito. Personal de Naval está trabajando en la contención del derrame, poniendo materiales absorbentes alrededor de la mancha viscosa de petróleo para evitar su expansión, mientras se informó que el Consejo de Defensa del Estado está estudiando las acciones legales pertinentes con el fin de afrontar este caso."

jueves, 4 de junio de 2009

Riesgos del contacto con contaminantes

"También conocidos como la contaminación cruzada ocurre cuando los trabajadores diseminan en sus casas los contaminantes que traen de su sitio de trabajo en la ropa, los zapatos o la piel. Los contaminantes pueden ser transferidos a los artículos que el trabajador toca, así como a los lugares donde se sienta o donde camina. La buena higiene personal en el trabajo — lavarse las manos, bañarse y cambiarse de ropa y zapatos sucios — puede ayudar a prevenir la contaminación cruzada.
Los trabajadores que manejan productos químicos y contaminantes en su trabajo están conscientes de que el uso de equipos de protección personal (EPP), tales como guantes, gafas de seguridad, equipos de respiración, overoles y botas, puede reducir o eliminar su exposición. Los EPP pueden actuar como una barrera contra los contaminantes y proteger al trabajador. Sin embargo, si el trabajador no se lava debidamente, no se quita o descontamina sus EPP o no se lava la piel sucia antes de salir de su área de trabajo, puede diseminar los contaminantes fuera de la zona industrial de trabajo sobre su persona, sus compañeros de trabajo y su familia, su casa y su automóvil.
La diseminación de contaminantes es peligrosa cuando los trabajadores, los compañeros de trabajo o los familiares que sin protección entran en contacto con superficies sucias. La piel queda expuesta cuando se toca una superficie sucia, y puede ocurrir una ingestión accidental si comen o beben algo que ha quedado contaminado. Los contaminantes preocupantes incluyen productos químicos tales como solventes, herbicidas y pesticidas, así como materiales industriales como el plomo, asbesto y fibra de vidrio. Los materiales potencialmente infecciosos, tales como sangre y otros fluidos del cuerpo presentan un peligro de patógenos de la sangre. Los trabajadores que están en el campo deben estar conscientes de que pueden entrar en contacto y diseminar aceites irritantes provenientes de las plantas como hiedra venenosa y zumaque venenoso.
Cuando los trabajadores abrazan a sus familiares, preparan alimentos o tocan los muebles, camas y alfombras en su casa, pueden contaminarlos si no se han lavado la piel o no se han quitado o descontaminado la ropa y EPP sucios. Los trabajadores pueden contaminar a sus compañeros de trabajo y al sitio de trabajo cuando entran en contacto con áreas tales como la sala de descanso, los sanitarios o las áreas de oficina. Los trabajadores también pueden aumentar su propia exposición si comen, beben o fuman antes de lavarse las manos y quitarse o limpiarse los EPP.
La contaminación cruzada en el sitio de trabajo puede evitarse quitándose o descontaminado los EPP y lavándose las manos antes de salir de la zona de trabajo. Para evitar la contaminación cruzada en su casa, los trabajadores deben lavarse las manos y la cara al final de su turno de trabajo y cambiarse a ropa y zapatos limpios. Los trabajadores también deben bañarse y lavarse el pelo antes de salir del trabajo o tan pronto como lleguen a su casa. La ropa de trabajo debe lavarse en agua caliente, por separado de la ropa de la familia y someterse a dos ciclos de enjuague."

jueves, 28 de mayo de 2009

Efectos de la contaminación del aire en la salud humana


Por: Bertha Sola Valdés

Fuente: esmas.com


"La contaminación del aire tiene muchos efectos en la salud, desde irritaciones leves, hasta el desarrollo de graves enfermedades
- Monóxido de Carbono: Es un producto de la combustión de materiales fósiles como el petróleo y es común que se forme a partir de los vehículos en movimiento. En consecuencia, este producto se acumula en las zonas urbanas, cerca de las vías rápidas y de calles de gran movimiento y su concentración varía conforme aumenta o disminuye la circulación.
Este gas no parece afectar a las plantas, pero es muy tóxico para los seres humanos, ya que interfiere con el transporte de oxígeno en la sangre. Los efectos en la salud se hacen más graves conforme mayor sea la cantidad de monóxido de carbono en el aire y el tiempo de la exposición.
-Dióxido De Azufre (SO2): Es el derivado del azufre que más frecuentemente contamina el aire. Se produce por la combustión de carbono y petróleo que lo contienen.
La mayor parte proviene de las plantas generadoras de electricidad (carboeléctricas y termoeléctricas) y de otros procesos industriales que contribuyen a la presencia de sulfatos en la atmósfera, como la calcinación de los minerales de sulfuro, la refinación del petróleo, la producción de Óxido Sulfúrico y la de coque a partir del carbón.
Los óxidos de azufre se eliminan del aire mediante su conversión en ácido sulfúrico y sulfatos y de esta forma se depositan en forma de partículas sobre la tierra o en el mar, ya sea con la precipitación pluvial o sedimentándose, contaminando también el agua y el suelo
Los óxidos de azufre pueden inhibir el crecimiento de las plantas y ser letales para algunas de ellas cuando están expuestas a concentraciones moderadas durante largos periodos.
Los efectos tóxicos de los óxidos de azufre para el ser humano son: dificultad para respirar, debido al espasmo o contracción de los bronquios, irritación de la garganta, de los ojos y tos, en cantidades elevadas puede llegar a ser mortal. También se ha encontrado una relación entre la presencia de óxidos de azufre en la atmósfera y el aumento de muertes por enfermedades crónicas, cardiovasculares y respiratorias.
Los Óxidos de Nitrógeno (NO2) se forman mediante la reacción del oxígeno con el nitrógeno en el aire. Esta reacción ocurre a altas temperaturas durante el uso de combustibles fósiles. Algunas bacterias emiten grandes cantidades de óxido de nitrógeno hacia la atmósfera, por lo que es una fuente muy difícil de controlar.
La mayor parte de ellos, provienen de las plantas generadoras de energía eléctrica, en las que la alta temperatura de la combustión de los energéticos facilita su formación.
El dióxido de nitrógeno afecta los pulmones y es tóxico y algunos de los contaminantes que se forman a partir de ellos, son mortales para las plantas.
Los hidrocarburos son contaminantes primarios; su importancia radica en la gran cantidad de fuentes y el volumen de sus emisiones al aire. Se forman por la combustión de productos como la gasolina, el petróleo, el carbono y la madera y la mayor producción se debe a las actividades de la industria petrolera, así como a los vehículos de motor.
Algunos hidrocarburos son tóxicos para las plantas y animales a concentraciones relativamente altas y en el ser humano parece que provoca problemas en vías respiratorias.
Otros contaminantes muy importantes son elementos como el plomo, el cadmio y el fluor, de origen industrial y a los que se ha relacionado con afecciones cardiacas, hipertensión arterial, arterioesclerosis, cáncer broncopulmonar, anormalidades en los huesos y afección de los riñones.
Partículas suspendidas. Otros contaminantes del aire son partículas sólidas y líquidas suspendidas y dispersas. A ellas se debe el aspecto nebuloso y brumoso del aire contaminado.
Se producen junto con los contaminantes gaseosos del aire, debido a diferentes actividades, sobre todo la fabricación de hierro y acero, la producción de cemento, la extracción de rocas y minerales, el almacenamiento y la manipulación de granos y la elaboración de pulpa de papel.
Entre las partículas líquidas, más contaminantes se encuentran los aerosoles, que se manifiestan en forma de vapores, niebla o vahos que en grandes concentraciones pueden llegar a transformarse en un agente letal, como sucedió en Londres en 1940, 1950 y 1952, que se produjeron miles de muertes debido a la presencia de estas nieblas tóxicas.
Los aerosoles son verdaderas nebulizaciones y por su tamaño tan pequeño, penetran en los bronquios y los irritan. Las partículas mayores son detenidas por la mucosa nasal y la laringe causando gran irritación."